La lesión del ligamento cruzado anterior es un esguince o desgarro de ese ligamento, que es uno de los principales ligamentos de la rodilla. Las lesiones del ligamento cruzado anterior comúnmente se producen durante la práctica de deportes que implican paradas repentinas o cambios de dirección, saltar y caer con los pies, como el fútbol, el baloncesto, el fútbol americano y el esquí alpino.

Muchas personas escuchan o sienten un chasquido en la rodilla cuando ocurre una lesión del ligamento cruzado anterior. Es posible que se te hinche la rodilla, que te sientas inestable y que te duela mucho soportar peso.

Según la gravedad de la lesión del ligamento cruzado anterior, el tratamiento puede constar de descanso y ejercicios de rehabilitación para ayudarte a recuperar la fuerza y la estabilidad, o bien, podría constar de una cirugía de reemplazo del ligamento desgarrado seguida de rehabilitación. Un programa de entrenamiento adecuado puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir una lesión del ligamento cruzado anterior.

Síntomas

• Los signos y síntomas de una lesión del ligamento cruzado anterior suelen ser:
• Un chasquido fuerte o sensación de chasquido en la rodilla
• Dolor intenso e incapacidad para continuar una actividad
• Hinchazón rápida
• Pérdida de la amplitud de movimiento
• Sensación de inestabilidad o de «darse por vencido» al levantar peso.

Busca atención inmediata si alguna lesión en la rodilla produce los signos o síntomas de una lesión del ligamento cruzado anterior. La articulación de la rodilla es una estructura compleja de huesos, ligamentos, tendones y otros tejidos que funcionan en conjunto. Es importante obtener un diagnóstico rápido y preciso para determinar la gravedad de la lesión y recibir el tratamiento adecuado.

Los pólipos son crecimiento anormales de los tejidos, que suelen ubicarse en el colon, estomago y en otros órganos del tubo digestivo. Algunos pólipos tienen potencial de transformación maligna y en algunos casos algunos pólipos son portadores de cáncer o lesiones premalignas (Displasia), de esto se deriva que el tratamiento de elección es la extracción de los mismos (Polipectomía).

Existen pólipos de diferentes tamaños y formas, usualmente los pólipos son detectados por procedimientos endoscópico del aparato digestivo (Gastroscopia y/o Colonoscopia). A través de canales de los endoscópios (Gastroscopio o colonoscopio) se pasan dispositivos especiales (asas o pinzas) conectado a un electrocauterio que transmite energía que permite la extirpación de los pólipos (Polipectomía endoscópica).

Estos pólipos luego de extirpados son recuperados y enviados a patología para un análisis microscópico.

La manometría anorrectal de alta resolución es una prueba diagnóstica en la que, mediante el uso de un fino catéter con sensores de presión a varios niveles que se introduce por el ano hasta 5-7cm dentro del canal anal, podemos evaluar el funcionamiento y la coordinación de las distintas estructuras del suelo de la pelvis, mediante el registro de las presiones tanto en la ampolla rectal y canal anal, como a nivel de los esfínteres anales.

Es la exploración de elección para evaluar la función motora anorrectal, sobre todo en casos de incontinencia, estreñimiento, dolor anal de origen desconocido, patología del suelo pélvico, o como control postoperatorio tras cirugía anorrectal.

Consiste en la medición de presiones dentro del ano y recto, tanto en reposo como durante la continencia o maniobras de defecación. Además, mediante inflado de un balón incluido en la sonda, nos permite evaluar otros parámetros como la sensibilidad y distensibilidad rectal, ademas los reflejos rectoanales.